“De dónde sacamos la loca idea de que para que los niños se porten mejor, primero tenemos que hacerles sentir peor?”
Jane Nelsen.
Pablo acaba de cumplir 3 años. Le encanta ir en monopatín y no para de moverse durante todo el día. Con frecuencia se choca y se hace daño. Entonces a su alrededor se oye:”Ya te lo había dicho yo”, “¿Qué estabas haciendo?”o “Es que no paras…” Y a veces: “Si estuvieras quieto, no te pasarían estas cosas…” Seguramente su dolor se ve aumentado por el hecho de que nadie le pregunte con cariño si está bien, justo en ese momento en el que lo único que sienten su cuerpo y su corazón, es mucho dolor…
Disciplina Positiva es una filosofía educativa que cree en ser firmes y amables al mismo tiempo. Sus principales metas son el respeto y la cooperación entre las personas y la resolución de conflictos pacífica, en definitiva, enseñar habilidades para la vida. Sus pilares fundamentales son el respeto mutuo y la dignidad del ser humano. El origen de este enfoque horizontal en las relaciones entre personas se encuentra en el psiquiatra vienés Alfred Adler (1870-1937), padre de la psicología individual y defensor de la naturaleza eminentemente social del ser humano
Para Adler todos los problemas son sociales, solucionarlos requiere de la cooperación de todos los miembros de la comunidad. Tanto en la familia como en la escuela los niños pueden y deben poder contribuir a resolver problemas y preocupaciones diarias para poder sentirse parte integrante de esa comunidad, al sentirnse conectados y valorados. Adler defendía el sentido de pertenecia como una cuestión central para el individuo y su bienestar mental y emocional. Todos hemos podido experimentar este sentimiento por defecto, al sentirnos rechazados o cuando no nos tienen en el trabajo, en casa o en nuestro grupo de amigos. Tanto Adler como su discípulo Rudolf Dreikurs (1897-1972) creían firmemente en la necesidad vital de todo ser humano de poder contribuir a esa comunidad para que su vida tuviera sentido.
Otro de los pilares de la psicología Adleriana es que todo comportamiento lleva implícito un propósito: pertenecer. La conducta de los niños no es una excepción, descifrar la creencia escondida detrás de esa conducta es la clave para entender que hay en su mente. ¿Qué están sintiendo, pensando y decidiendo sobre ellos mismos en cada momento?, ¿Soy capaz? ¿Cómo es el mundo y las personas que lo habitan? ¿Me dan oportunidades para mejorar o me hacen pagar por mis errores? La manera en que les hablamos y tratamos contribuye a consolidar creencias positivas o negativas en los niños.
En la actualidad y desde los años 80, a través de la serie de libros de Disciplina Positiva de Jane Nelsen y Lynn Lott entre otros autores, y gracias a los talleres para padres y para maestros, la Positive Discipline Association en Estados Unidos hace posible el desarrollo de relaciones respetuosas, y de niños pacíficos, resolutivos y compasivos. Es nuestra misión desde Disciplina Positiva España difundir, ayudar, informar y entregar herramientas a los adultos que conviven con los niños a diario para que a través de este enfoque educativo lleguemos a la convivencia pacífica y podamos y puedan ser mejores mujeres y hombres, en definitiva contribuir al desarrollo de una humanidad mejor.
Volvamos a Pablo, esta vez cuando se cae y rompe a llorar en el recreo, su amiga de 4 años Inés que le ha visto, se acerca rápidamente y le pregunta: “¿Pablo estás bien?” Al decirle que no, se acerca y le da un abrazo. Se miran durante unos instantes y enseguida se levanta para seguir corriendo y corriendo por el patio. Gracias a la ayuda de su amiga su problema se ha esfumado… Inés le ha mostrado comprensión y compasión con su palabras y con su gesto, habilidades muy necesarias para una vida feliz.